La revolución del gas renovable ya es una realidad: su producción se dispara un 72% en el 2022
El gas
renovable se produce a partir del aprovechamiento de residuos urbanos, purines
de cerdos, aguas residuales o desechos agroalimentarios, fomentando la economía
circular y la reducción de emisiones. Además, puede inyectarse en la misma red
de gas natural.
El gas
producido por los residuos orgánicos de la ganadería y de la actividad urbana
suponen una alternativa sostenible frente a los combustibles fósiles
tradicionales y permite reducir la dependencia exterior de España en materia de
energía. Algo fundamental para hacer frente a la disminución de emisiones necesaria
para frenar el cambio climático y evitar que la temperatura media del planeta
crezca por encima de los 1,5 grados. Tal y como reflejan los datos de ENAGAS,
operador del sistema gasista, su presencia en las redes de transporte y
distribución se ha disparado un 72% entre los meses de enero y octubre. En
total, en lo que va de año han circulado por las redes un total de 140 GWh, una
cantidad que seguirá creciendo acorde con el despliegue de este gas de origen
renovable.
En este
sentido, la revolución de los gases renovables, y en concreto el biometano, ya
está aquí. Aunque España no va al ritmo que debería por su enorme potencial
para la producción de gas renovable, lo cierto es que la presencia de biometano
en la red aumenta cada año de forma estratosférica. Actualmente existen 992
plantas de biogás en toda Europa, con un crecimiento del 17% en un solo año
según la Asociación Europea del Biogás. En España, hay actualmente 12 plantas
de biometano en explotación.
Dos
características del biometano lo convierten en muy valioso para avanzar en el
proceso de descarbonización. En primer lugar, se obtiene a partir del
tratamiento de los residuos urbanos y la depuración de las aguas residuales de
alcantarillados, así como de los residuos agrícolas, ganaderos y de la
industria agroalimentaria. Es decir, que contribuye a la economía circular y su
producción es neutra en CO2. “El biogás tiene un gran potencial para contribuir
a reducir emisiones de gases de efecto invernadero y, además, es la única
energía renovable que puede usarse para cualquiera de las grandes aplicaciones
energéticas". aseguran desde el Instituto para la Diversificación y Ahorro
de Energía (IDAE). Aparte, el biogás es la única energía renovable que puede
usarse para cualquiera de las grandes aplicaciones energéticas: eléctrica,
térmica o como carburante.
En segundo
lugar, se trata de un gas renovable con la calidad suficiente para poder ser
introducido en el sistema gasista y consumido por cualquier usuario de gas
natural sin necesidad de cambios ni en la infraestructura gasista, ni en los
aparatos de consumo. Esto significa que es totalmente intercambiable por el gas
natural, y puede distribuirse a través de la infraestructura de gas natural
existente y puede emplearse en las mismas aplicaciones energéticas en hogares,
industrias, comercios y también en movilidad. Es decir, se puede inyectar a las
redes ya existentes para consumirse en casa mediante sistemas de climatización,
calderas o soluciones de aerotermia a gas.
Hoja de
ruta para el desarrollo del biogás
Por eso, el
Gobierno ha aprobado la Hoja de Ruta del Biogás que identifica los retos y
oportunidades del desarrollo de este gas de origen renovable y plantea
multiplicar por 3,8 su producción hasta 2030, superando los 10,4 TWh. En
especial, por dos grandes vías: la producción de electricidad y calor útil
–sobre todo para la industria–, y su utilización como biocombustible sostenible
en movilidad. Para ello, prevé repartir ayudas por valor de 150 millones de
euros. Este desarrollo del biogás permitirá evitar la emisión a la atmósfera de
aproximadamente 2,1 millones de toneladas de CO2 al año, además de alcanzar una
cuota de energía renovable en el transporte del 28% en el 2030.
En España
existen actualmente 12 plantas operativas (tras pisar el acelerador en los
últimos años, ya que hasta hace poco solo había 2), a las que hay que añadir
160 proyectos de biometano en gestión por parte de Nedgia con más de 6 TWh/año
. Y el número no dejará de crecer en los próximos años para intentar
aproximarse a sus vecinos europeos, ya que en Francia se encuentran 306 plantas
de gas renovable y en Alemania, 242. Por suerte, según muestran los datos de
GASNAM, las previsiones para el 2024 arrojan la cifra de 64 plantas proyectadas
en territorio español, que generarán un total de 2.077 gigavatios hora al año
(Gwh/año) frente a los 162 GWh/años actuales.
Entre las
plantas más destacadas en España se encuentran las siguientes, que aprovechan
para producir energía ya sea residuos urbanos, purines de cerdos, aguas
residuales yo residuos agroalimentarios.
Ejemplos de
plantas de biogás en España
-Planta Elena de Cerdanyola del Vallès (Barcelona)
Esta planta
de biometano de Naturgy está situada junto al vertedero Elena de Cerdanyola del
Vallès y supuso un hito por ser la primera inyección de gas renovable
procedente de vertedero en la red de distribución de gas de España, en el 2021.
Produce 15 GWh/año de biometano, equivalente al consumo anual de 3.000 hogares,
y evita la emisión a la atmósfera de 3.000 toneladas de CO2/año, equivalente a
plantar unos 6.200 árboles. Parte del biometano se suministra como combustible
a vehículos.
-Planta de
biometano de Vila-Sana (Lleida)
Gestionada
por Ecobiogás, está ubicada en la granja Porgaporcs de Vila-sana (Lleida) para
el aprovechamiento energético de los nutrientes procedentes de los purines
contaminantes. Empezará a inyectar biometano a la red de gas natural en 2023.
-Edar Bens
de La Coruña
La empresa
pública Edar Bens se encarga de depurar las aguas residuales de los
ayuntamientos de La Coruña y, con ellas, alimenta la Unidad Mixta de Gas
Renovable para obtener biometano. La iniciativa permite inyectar este gas
renovable a la red de gas natural. Puede producir 5 GWh/año de biometano,
equivalente al consumo anual de 1.000 hogares, y evitar la emisión a la
atmósfera de 1.000 toneladas de CO2/año, equivalente a plantar unos 2.085
árboles.
-Planta UNUE
de Burgos
La planta de
biometano del proyecto UNUE, de la mano de Biogasnalia, es la primera planta de
España que inyecta biometano procedente de residuos agroalimentarios en la red
gasista. Recibe hasta 90 toneladas diarias de residuos de diversas industrias
alimentarias y agroalimentarias. Tiene capacidad para producir 25 GWh/año de
biometano, equivalente al consumo anual de 5.000 hogares, y evitar la emisión a
la atmósfera de 5.000 toneladas de CO2/año, equivalente a plantar unos 10.500
árboles.
El proceso
para producir biometano comienza con la obtención de biogás tras un proceso de
descomposición de la materia orgánica o, tal y como se conoce a nivel técnico,
de digestión anaerobia. A partir de entonces tiene lugar un proceso de
depuración denominado ‘upgrading’, que consiste en la concentración de metano y
eliminación de gases no deseados, para obtener un gas que cumple con la
especificación de calidad exigido por la legislación. Y que, a la vez, es
totalmente renovable. A todo ello hay que sumar que, al ser producido de manera
local y en sinergia con el sector primario, permite reducir la dependencia
energética del exterior.
De esta
manera, el biometano se erige como una opción perfectamente factible para dejar
de lado los combustibles fósiles, paso necesario para avanzar hacia una
economía descarbonizada. Además, por partida doble, ya que no solo se trata de
una energía neutra en emisiones causantes del efecto invernadero, sino que
también reduce las emisiones asociadas a la gestión de residuos. Al ser
renovable, se puede utilizar en ciclos infinitos y permite revalorizar el
territorio rural.