Las primeras Bodas de Isabel sin ningún tipo de restricción por la pandemia llenan ya las calles de la capital turolense
“Los mismos
fastos pero sin gastos”. Esta sencilla frase, pronunciada por el tenente de la
villa en la primera escena de Las Bodas de Isabel, el jueves por la noche,
viene a resumir por qué todo Teruel asistió un enlace matrimonial de dos
familias principales, los Segura y los Azagra, en una de los episodios más
esperados de esta recreación histórica que cumple 26 años. Todavía faltaba un
día para cumplir el plazo dado a Diego de Marcilla de cinco años para que
vuelva enriquecido de la guerra, pero el representante del rey decide
aprovechar los fastos que se van a organizar con motivo de la visita de Jaime I
para casar a su hermano, como informan desde Diario de Teruel.
Nadie le ha
pedido opinión a la joven Isabel de Segura que esperaba ansiosa a que se
cumpliera el tiempo prometido para poder volver a ver a su amado. Sus recelos
se manifestaron sobre el escenario, primero con las explicaciones que dieron
los niños sobre cómo la novia había roto el traje que le había regalado su
cuñada doña Elfa, y luego, ya ante el altar, cuando suplicaba a su padre que no
permitiera el enlace. Pero este le mandó obedecer y así se hizo.
Sandra
Grijalba interpretó a una Isabel desesperada que no le queda más remedio que
abandonarse a un destino que le es impuesto. Sus ricas vestimentas, de un verde
esperanza, no reflejaban su ánimo abatido.
Frente a
ella, como contrapunto, un Azagra, interpretado por Jorge Gracia, que se
mostraba insultantemente feliz por esposarse con tan bella dama. Los malos
augurios -como cuando el hermano pequeño de Diego de Marcilla interrumpió a los
mayores y se llevó una sonora bofetada del tenente- no impidieron empañar la
ceremonia, que siguió todos los pasos: colocación de alianzas, arras y beso.
Para brindar
por los novios se eligió una cerveza elaborada exclusivamente para celebrar
este enlace, elaborada en la Abadía de San Arnoldo de Ambar. El abad Osorio y
la joven monja Isabela de Turingia explicaron cómo se había preparado este
líquido, siguiendo los consejos de Hildegarda de Bingen.
Previamente,
el nuncio del Papa Honorio III, Jacinto Boboni, había bendecido la unión
matrimonial y entregado como presente una indulgencia papal.
La comitiva
nupcial partió del atrio de la Catedral para recorrer las principales calles de una villa que está
de fiesta. Los mercaderes han llegado con sus productos traídos de allende los
mares y los artesanos trabajan la piedra, el cuero o el metal delante de
curiosos visitantes. La población local ha salido a la calle con sus jaimas y
representan oficios, órdenes militares, gentes, clero y otras creencias que
convivían en paz y armonía en la Edad Media.
En la calle
San Juan la vestimenta del siglo XIII se mezcla con la de la actualidad en un
hervidero de gente que recorre Teruel atraído por la fiesta histórica. Y las
grandes pantallas instaladas estratégicamente en la calle San Juan y en las
plazas del Torico y del Seminario permiten seguir las representaciones alejados
de las aglomeraciones.
También para
este fin se ha llenado de actividad el parque Los Fueros, en el primer
Ensanche. Allí se ha instalado otra pantalla y se suceden actividades de los
grupos recreacionistas, danzas y actividades infantiles.
Desde su
entrada partió ayer la comitiva real del joven monarca Jaime I, recién llegado
de Monzón con su primo Ramón de Berenguer y su mentor Guillem de Montrodón. A
caballo recorrió las calles de la villa y recibió las ofrendas de sus vasallos
en la plaza del Torico.
Las Bodas de
Isabel de Segura optan a ser Fiesta de Interés Turístico Internacional y por
eso está poniendo énfasis en difundirse en medios extranjeros. Para ello han
venido invitados por el Ayuntamiento, un grupo de periodistas que recogerán las
impresiones que le causan una fiesta que vela por la calidad y el rigor
histórico. Es también un polo de atracción para habitantes de municipios de la
provincia, que aprovecharon la jornada de ayer para viajar hasta la capital y
conocer o reencontrarse con una fiesta que lleva el nombre de Teruel por todo
el mundo. Es el caso de Beatriz y Eduardo, que por primera vez vinieron a
conocer la fiesta: “Hemos venido a pasar el día con los chicos, que hoy no
tienen colegio, hemos querido aprovechar hoy viernes porque hay menos gente”.
Y es que
estas dos jornadas no lectivas en el calendario escolar de la provincia ha
animado a vivir la fiesta en la calle en familia.
También
María Moragriega vino desde el Bajo Aragón para vivir esta fiesta, que ya
conocía porque había venido en otras ocasiones.
“Venimos a
pasar el fin de semana porque tenemos casa aquí, mañana iremos al toro y al
torneo”, comentó.
Encontrar
alojamiento en Teruel este fin de semana es difícil, porque los hoteles están
prácticamente al completo. Miles de personas vienen en vehículos particulares o
en viajes organizados solo una jornada o dos.
Además de
los actos propios de la leyenda, disfrutan de las escenas paralelas que se
representan en los escenarios de la plaza del Torico o de la plaza de la
Catedral, organizados por la Fundación Bodas de Isabel, igual que la
representaciones que se centran en contar la leyenda y que esta tarde tendrá su
momento álgido con la petición del beso y la muerte de Diego. También se pueden
visitar los diferentes emplazamientos donde se ubican las jaimas de los grupos
y se hacen representaciones y exhibiciones basadas en tradiciones.
Para
controlar que todo transcurra con normalidad, se ha establecido un gran dispositivo de seguridad coordinado
entre Policía Local y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad: Policía Nacional y
Adscrita y Guardia Civil, así como seguridad privada y voluntarios de
Protección Civil.
Especial
incidencia tendrá este sábado la seguridad en el caso del festejo del Toro
Nupcial. Esta tradición, que se ha celebrado desde la primera edición de Las
Bodas, comenzará a las 16,15 horas y tendrá hora y media de duración. Durante
este tiempo a la plaza del Torico y al Tozal solo se podrá pasar si se está en
condiciones de correr el toro, que va ensogado. Los voluntarios de la
Asociación de Amigos de la Soga y Baga y de la Agrupación de Voluntarios de Protección
Civil velarán por el buen desarrollo del festejo. Para los que no les gusta o no pueden
disfrutar del festejo taurino, otra opción es acudir al torneo medieval, que se
celebra en la plaza de toros, en este caso previo pago de la entrada al recinto.
Otra opción es contemplar las diferentes actividades que se desarrollan en los campamentos recreacionistas, en los jardincillos de la Escalinata o en el parque Los Fueros y que cuentan con la presencia de recreacionistas procedentes de Francia y otros países europeos. Y para los noctámbulos se ha colocado una carpa en la explanada de Los Planos.