Preocupación total por el estado actual de las pistas en Javalambre-Valdelinares: sin rastro de nieve ni de ingresos en los pueblos

 

Los alojamientos de Gúdar-Javalambre están casi vacíos y algunos comercios no levantan la persiana. Los pueblos de las zonas altas de las sierras turolenses de Valdelinares y Javalambre están pasando sus peores Navidades.

La falta absoluta de nieve desde que arrancó la temporada de esquí a principios de diciembre mantiene las dos estaciones invernales cerradas y deja a la población, muy volcada en el sector del deporte blanco, al borde de la ruina. Lo preocupante es que no hay previsión de precipitaciones hasta los primeros días de enero, quizá ya después de Reyes, cuando apenas sumen 20 los días rentables que quedarán hasta acabar el invierno, como informan desde El Heraldo de Aragón.

En Alcalá de la Selva, donde el 95% de sus vecinos vive de la actividad de la estación de esquí de Valdelinares, las calles están desiertas estos días y sus hoteles y restaurantes, prácticamente vacíos. "Ya hemos perdido la temporada en un 80%, estamos desmoralizados", admite Carolina Gargallo, gerente de los apartamentos ‘Villa María’, en los que, al igual que en el resto de los establecimientos hosteleros de la localidad, muchos clientes han anulado sus reservas.

En el Hotel Esther, con 20 habitaciones, el pasado miércoles había solo 5 ocupadas, cuando por estas fechas el establecimiento se llenaba casi al 100%. "Si no nieva después de Reyes, la campaña va a ser un desastre", lamenta su propietario, Miguel Rajadel, que a principios de diciembre contrató a dos personas para hacer frente a la temporada y que, pese a la falta de demanda, tiene que asumir los gastos de luz y calefacción.

La alcaldesa de Alcalá de la Selva, Amparo Atienza, comparte la preocupación. Las estaciones turolenses se nutren principalmente de los cinco millones de habitantes de la vecina Comunidad Valenciana y estos dejan de pensar en la nieve en cuanto estalla la primera ‘mascletá’ con el sol de marzo. "Si no vienen esquiadores ahora, ya no vendrán", sentencia. Y achaca la ausencia del manto blanco al cambio climático. "En los 50 años que lleva abierta la estación de Valdelinares, solo dos ha estado sin nieve; no es normal lo que está ocurriendo y si esto se repite podemos prepararnos para una catástrofe económica, pues más de un comercio cerrará sus puertas", advierte Atienza.

No son solo los hoteles y restaurantes. Las tiendas de alquiler de material deportivo tienen bajada la persiana, los monitores de esquí se han mudado a las pistas del Pirineo, los proveedores de productos de alimentación han reducido su frecuencia y las empresas de autobuses han dejado de subir hasta las estaciones. Alfonso Castillo, el fontanero y cerrajero de Alcalá de la Selva, está de brazos cruzados. "Otros años, estos días tenía mucho trabajo arreglando calefacciones y grifos en las segundas residencias, pero ahora estoy parado", se queja.

En la estación de Valdelinares, donde esta semana ha habido un sol radiante y temperaturas por encima de los 10 grados, solo se ve a algunos senderistas. Dos de ellos, María Torres y José Borreda, residentes en Valencia, pero con casa en Alcalá de la Selva, explican que este es el primer año desde 2004 en el que están solos en toda la urbanización ‘La solana’, con 500 apartamentos. "Tenemos el parquin entero para nosotros", recalcan con ironía.

Samuel Monleón, el alcalde de Cabra de Mora, otro de los municipios próximos a Valdelinares, cree que la sequía y las altas temperaturas son un nuevo golpe al sector de la nieve que se suma al que ya padeció durante la pandemia, cuando el confinamiento clausuró las estaciones. "Da mucha pena; siempre pensé que un día faltaría nieve, pero nunca que fuera tan pronto", explica. Subraya que, si bien los pueblos más altos son los que menos alternativas económicas tienen, "en realidad, toda la comarca Gúdar-Javalambre está sufriendo con la falta de actividad en las pistas".

El alcalde de Camarena de la Sierra, Francisco Narro, agente forestal de profesión, no da crédito al aspecto de las pistas de esquí de Javalambre. "Nunca había visto la sierra así de seca en diciembre –asegura–; hasta en primavera hay nieve en cualquier umbría y ahora, nada de nada". Al igual que en Valdelinares, Aramón, la empresa gestora de las dos estaciones de la provincia de Teruel, no tiene fecha de apertura para Javalambre por las altas temperaturas.

Narro señala que este año se ha puesto en marcha en la localidad un albergue con más de 100 plazas. Ni este establecimiento ni los hoteles y casas de turismo rural tenían reservas más allá de la Nochevieja. "El cambio climático se nos va de las manos y no parece que se vislumbre una solución; es increíble", dice el alcalde.

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