La sanidad en zonas rurales de Aragón está en riesgo de colapso por jubilaciones
La sanidad en el medio rural de Aragón, en los
municipios de menos de 10.000 habitantes, está en riesgo de colapso por las
dificultades en la cobertura de vacantes y las jubilaciones del 50 por ciento
de los médicos de familia que se producirán en diez años sin que haya recambio,
como informa el Diario de Teruel.
Así lo ha advertido este lunes el lugarteniente
del Justicia de Aragón, Javier González García, en la presentación del Informe
Especial sobre la Sanidad en el Medio Rural de la institución acompañado por la
asesora en materia sanitaria del Justiciazgo, Alicia Iñiguez, que previamente
han entregado al presidente de las Cortes, Javier Sada.
Un trabajo al que la institución ha dedicado diez
meses para estudiar en profundidad la situación de la sanidad en el medio rural
aragonés por sus especiales características y que revela, entre otras
cuestiones, que el 38 % de los médicos de familia en los municipios de menos de
10.000 habitantes, -el 98 % de las 731 localidades de Aragón en las que vive el
30 % de la población de la región-, tiene entre 55 y 64 años y el 12 por
ciento, más de 64.
Esto supone que, en diez años, el 50 por ciento
de ellos se jubilará sin que haya recambio, ha remarcado González, quien ha
incidido en la complejidad que tiene Aragón, y otras comunidades autónomas,
para cubrir plazas vacantes a pesar de poner en marcha incentivos, que no son
suficientes.
Además, ha advertido del riesgo de desaparición
de farmacias en el medio rural por su falta de viabilidad económica. En
concreto, 16 de las 85 del medio rural de la provincia de Teruel (el 19 %), 9
de las 81 de Huesca (11 %) y 9 de las 147 de Zaragoza (6 %).
El informe analiza el catálogo cuantitativo y cualitativo
de los medios que conforman la prestación de servicios sanitarios en el medio
rural, la situación actual de los servicios públicos y privados, el coste de
los servicios para las administraciones, en especial para los entes locales, y
las reivindicaciones de los agentes implicados gracias a la información
obtenida del Gobierno de Aragón, de las entidades locales con consultorio, de
los colegios profesionales o de residencias, de informes públicos, estudios y páginas
web y de visitas a los propios centros de salud rurales.
Así, Aragón cuenta con 66 zonas básicas de salud
en el medio rural con 66 centros de salud y 724 consultorios en 594 municipios
-en total, en 685 entidades singulares de población- que atienden a 227.489
personas (aunque muchos de estos municipios en verano llegan a triplicar su
población), solo el 11 % de menos de 15 años y el 27 % de más de 65, por tanto,
con un índice de vejez de 233 frente a 151 del conjunto de Aragón.
En total, a 31 de agosto, estas poblaciones son
atendidas por 1.033 sanitarios: 347 médicos de familia, 346 de enfermeras, 5
médicos de refuerzo, 154 médicos y 155 enfermeras de atención continuada, 25
pediatras y 1 enfermo de profesionales y una enfermera/o especializada en enfermería
familiar.
Según ha explicado Iñíguez, la principal queja
que trasladan los habitantes de estos municipios es la falta de cobertura de
las plazas de médico de familia y de pediatra de Atención Primaria.
Ha detallado que una vez adjudicadas las vacantes
de médico de familia y médico de Atención Continuada, para la contratación
temporal había 187 plazas por cubrir de medicina de familia y comunitaria y de
ellas, 74 en el medio rural, y que de las 77 vacantes sin adjudicar, el 62 % de
médicos de familia en estas poblaciones y el 43 % en atención continuada.
Además, ha apuntado que es habitual recurrir a la "autocobertura" en
vacaciones por compañeros.
La consecuencia de esta falta de cobertura de
vacantes es una disminución de la calidad asistencial, desde demoras para
obtener cita con el médico de familia a reducción de las horas de consulta del
médico en su localidad, la sobrecarga de trabajo o la concentración de la
atención médica en el centro de salud, y en estos casos son los ciudadanos
quienes se tienen que desplazar a ese municipio y no el médico a su población.
La experta en materia sanitaria del Justicia ha
incidido en que las dificultades que tiene la administración para cubrir las
plazas vacantes de médico de familia radican en fundamentalmente en la
disminución que hubo entre 2011 y 2015 de plazas MIR, que aunque aumentaron a
partir del 2016 no se recuperaron las cifras de 2010 hasta 2019 y en se trata
de una especialidad poco atractiva para los jóvenes, hasta el punto de que en
la elección en este año se quedarán 200 plazas vacantes.
Ha señalado que aunque las administraciones han
adoptado a lo largo de los años distintas medidas para paliar el déficit de
profesionales, como el incremento en los últimos años de las plazas ofertadas,
incentivos para puestos de difícil cobertura o prolongar el servicio activo de
los facultativos hasta cumplir los 70 años, estos planes han resultado
insuficientes y por ello es necesario adaptar nuevas medidas.
Ha advertido, en ese sentido, de que solo 3 de
los 33 centros acreditados para la formación docente MIR están en el medio
rural, que hasta este año no se han ofertado las 82 plazas MIR y que 4 de ellas
han quedado vacantes -una en Barbastro y 3 en Alcañiz-.
La atención urgente es otra de las preocupaciones
de los ciudadanos de las zonas rurales o las consecuencias que pueda tener para
su salud no ser atendidos a tiempo en estas áreas con dificultades añadidas por
la distancia que existe desde el lugar donde está el paciente hasta el hospital
y porque al darse menos casos, los profesionales están menos acostumbrados a
tener este tipo de situaciones, por lo que la formación de los profesionales es
importante, ha apuntado.
También se han referido al uso de las tecnologías
de la información, que comenzaron a implantarse por la pandemia, y la
viodeollamada puede facilitar el acceso a la asistencia y evitar
desplazamientos, pero ha hecho hincapié en que hay que evitar la brecha
digital, además de los problemas de conectividad.
El informe también analiza la situación de los
390 consultorios, que cuentan con 357 médicos de familia y 438 enfermeros y con
equipos informáticos e internet, suponen un coste para las entidades locales de
entre 2.000 y 10.000 euros en luz y mantenimiento y cubren el 75 % de las bajas
en verano, -es de decir, el 25 % se quedan sin cubrir- y solo el 9 % asume el
transporte hacia la localidad donde esté el centro de salud de referencia, que
en algún caso es el coche del alcalde.
Además de las vacantes, los insuficientes
incentivos de la administración para cubrirlas o de la escasez de acreditación
de centros de salud como unidades docentes que pudieran hacer atractivas estas
poblaciones una vez conocidas por los profesionales, el informe advierte en sus
conclusiones de que no existe un plan específico de inversiones para la
Atención Primara rural y de que la presencialidad en la atención es de gran
importancia en el medio rural.
Entre sus propuestas, además de recordar a la
administración que el acceso al servicio sanitario de calidad, de proximidad y
con presencialidad es un derecho y las administraciones deben hacerlo efectivo,
el Justicia propone en su informe, entre otras medidas, que las universidades y
el Ministerio de Sanidad se deberían coordinar para ajustar las plazas del
grado de Medicina y las de formación de especialistas a las necesidades y que se
establezcan mecanismos que permitan que las plazas MIR de medicina de familia y
comunitaria no puedan quedar vacantes ni siquiera por renuncia.