La paella valenciana ya es Bien de Interés Cultural
La paella valenciana ya es Bien de Interés Cultural Inmaterial. El Pleno del Gobierno autonómico ha aprobado este viernes un decreto por el que se declara Bien de Interés Cultural Inmaterial al tradicional plato, «como el arte de unir y compartir».
De acuerdo con el decreto, «son muchas las versiones
y modalidades que ofrece esta receta y por eso, en los últimos años, han
surgido planes de actuación y entidades para su promoción y reconocimiento».
Así, el decreto recoge la denominación principal de
lo que es «paella valenciana» así como la elaboración de esta receta, que
cuenta con diversas variantes a lo largo del territorio valenciano. Asimismo, se
describe la forma de cultivo y recogida del arroz, las diferentes técnicas para
elaborar la paella, además como el simbolismo que aporta este plato en las
comidas familiares.
Sobre la receta del tradicional plato, la asociación
sin ánimo de lucro «Wikipaella» ha sentado cátedra al detallar qué ingredientes
lleva la auténtica paella valenciana: garrofón -alubia blanca grande-, tomate,
judía ferradura -judía verde plana-, pollo, conejo, sal, aceite O.V.E, arroz,
agua y azafrán.
Sus orígenes se remontan en el año 220 a. C., y fue
Alejandro Magno quién llevó el arroz a Europa. El arroz no fue sembrado en
grandes cantidades en Valencia hasta la llegada de los árabes. En el siglo XVI
se empieza a tener constancia del uso, el blanqueo y la limpieza de la
cascarilla del arroz.
Ya en el siglo XVIII aparece en un manuscrito de
recetas la primera cita referente a la paella o 'arroz a la valenciana', en el
que se explicaban las técnicas para su elaboración y se remarcaba que el arroz
tiene que quedar seco.
A comienzo del siglo XX, este plato típico se
expande a grandes ciudades internacionales. De este modo, la paella consigue su
cenit con el 'boom' turístico de los años sesenta en España con la llegada de
turistas extranjeros para pasar las vacaciones a las costas españolas.
Además de la declaración como Bien de Interés
Cultural, el decreto establece una serie de medidas de protección y
salvaguardia del bien, que se concretarán en realizar tareas de identificación,
descripción, estudio y documentación del bien, incorporar testigos disponibles
con apoyos materiales que garanticen su protección y preservación o velar por
el normal desarrollo así como por la transmisión a generaciones futuras.
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