Encuentran en fósiles de Teruel el sistema nervioso de un lirio de mar de hace 125 millones de años


TERUEL | Los fósiles fueron encontrados en el yacimiento de “los arcillares” de Fuentes de Rubielos en rocas de origen marino
Investigadores del grupo Aragosaurus del Instituto Universitario de Ciencias Ambientales (IUCA) de la Universidad de Zaragoza, han participado en el hallazgo del sistema nervioso central encontrado en ejemplares de lirios de mar, invertebrados marinos del Cretácico, de hace 125 millones de años en fósiles de Teruel, tal como publica la revista científica Palaeontology.

 Los lirios de mar son organismos estrictamente marinos y se conocen técnicamente como crinoideos, un grupo emparentado con los erizos y las estrellas de mar, con simetría pentámera y esqueleto de calcita. Todos ellos pertenecen al gran grupo de los equinodermos.
El estudio está realizado por Samuel Zamora, investigador del Instituto Geológico y Minero de España y profesor colaborador del grupo Aragosaurus de la Universidad de Zaragoza, y James Saulsbury, de la Universidad de Michigan.
Los fósiles fueron encontrados en el yacimiento de “los arcillares” de Fuentes de Rubielos en rocas de origen marino. “Los crinoideos son fósiles muy comunes en algunos ambientes” -explica Samuel Zamora, coautor del trabajo- “pero nunca antes se había encontrado el sistema nervioso conservado en un crinoideo fósil y mucho menos con el detalle que se conserva en los fósiles que hemos estudiado”.
Sabemos muy poco del sistema nervioso de los animales extintos, ya que raramente se conserva. El sistema nervioso central es una de las partes principales de cualquier organismo y se encarga de recibir los estímulos del exterior, procesar la información y trasmitir impulsos a nervios y músculos.
“Todo se remonta a 2017, cuando un grupo de investigadores de la Universidad de Michigan, Zaragoza y el Instituto Geológico y Minero de España recorrimos Aragón en busca de crinoideos fósiles. Tras encontrar estos ejemplares fueron preparados en los laboratorios de la Universidad de Zaragoza y fue cuando vimos que algunos fragmentos conservaban interiormente canales rellenos por pirita”, detalla Zamora.
Saulsbury se llevó algunos de estos fósiles a la Universidad de Michigan donde fueron escaneados en un microtomógrafo (CT-scan), que, tras horas de trabajo, permitió obtener unas 2.000 imágenes o radiografías seriadas de cada ejemplar. Lo sorprendente es que el interior de dichos organismos conservaba con absoluta nitidez el sistema nervioso central y todos los nervios asociados, que controlan tanto el movimiento de los brazos como el de las estructuras relacionadas con el desplazamiento de dichos organismos.
Para entender mejor el funcionamiento de dicho sistema nervioso, los investigadores escanearon además varios representantes actuales de crinoideos comatúlidos, grupo con el que se emparentan los fósiles encontrados. Las comátulas son crinoideos de vida libre con capacidad de desplazarse a partir de unas estructuras conocidas como cirros, incluso algunos representantes actuales pueden nadar cortas distancias.
“A partir de este trabajo se ha podido explicar cómo los crinoideos actuales desarrollaron su sistema nervioso y cómo era esta estructura fundamental en sus parientes del Cretácico. Algo muy significativo de este trabajo es que se abre un nuevo abanico de posibilidades para el estudio de la Paleoneurobiología de invertebrados marinos extintos”, indica Saulsbury.
Este estudio ha sido realizado en el marco del proyecto de la Universidad de Zaragoza “Aragosaurus: recursos geológicos y paleoambientales”, financiado por el Gobierno de Aragón. Los fósiles del mencionado trabajo de investigación se encuentran en el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza.

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