La pandemia supuso un respiro al despoblamiento rural
Una investigación liderada por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y el Centro de Estudios Demográficos (CED-CERCA), que se publica hoy en la revista divulgativa Perspectivas Demográficas, ha analizado los cambios de residencia de la Estadística de Variaciones Residenciales (EVR) entre los 8.131 municipios españoles, hallando alteraciones en los patrones de las migraciones internas durante 2020, en comparación a la media del periodo 2016-2019.
El estudio titulado “Cambios de residencia en
tiempos de COVID-19: Un poco de oxígeno para el despoblamiento rural”, ha sido
realizado por los investigadores Miguel González-Leonardo, Antonio López-Gay y
Joaquín Recaño, del Centre d´Estudis Demográfics (CED-CERCA) y la Universitat
Autònoma de Barcelona (UAB), y por Francisco Rowe, de la Universidad de
Liverpool.
Esta investigación constata que los movimientos
hacia las ciudades descendieron un 15,4% y las salidas desde estas en dirección
a otros municipios españoles aumentaron un 6%, con un mayor incremento en las
emigraciones internas desde las ciudades más pobladas: un 21,0% en Madrid y un
13,1% en Barcelona. En consecuencia, se registró una pérdida de 127.442
habitantes en 2020, frente a la cifra de menos 20.200 en el periodo
pre-pandémico.
En las áreas rurales, la dinámica fue a la inversa.
Las salidas disminuyeron un 12,6% y las entradas aumentaron un 20,5 %, con un
saldo migratorio positivo de casi 88.347 personas en 2020, en comparación a la
pérdida de 8.034 de media del periodo 2016-2019. En cambio, en los espacios
periurbanos y las ciudades pequeñas sin área urbana no hubo grandes
diferencias.
El estudio concluye que estos cambios supusieron un
respiro a los procesos de despoblamiento rural, principalmente en los
municipios vinculados a las ciudades por la presencia de segundas residencias o
lazos familiares y sociales derivados de corrientes migratorias rural-urbano
durante décadas.
Crece el
atractivo de las áreas rurales y disminuye el de las ciudades
Los municipios de menos de 10.000 habitantes fueron
los destinos hacia los que más se incrementaron los flujos desde las
principales ciudades en 2020, especialmente a aquellos situados entre 40 y 160
kilómetros de las principales urbes. La emigración interna desde Madrid aumentó
pues un 20,5%, y desde Barcelona, un 13,1%.
La mayor parte de los municipios rurales registraron
ganancias de población por migración interna en 2020, debido, por un lado, al
descenso de la emigración y, por otro, al aumento de la inmigración desde las
ciudades.
Las áreas rurales vinculadas a las grandes ciudades
por la presencia de segundas residencias o por vínculos derivados de corrientes
migratorias rural-urbano durante décadas fueron los territorios con las
ganancias de población más elevadas: los municipios del Sistema Central conexos
con la metrópoli de Madrid (el sector septentrional dela provincia de Madrid,
el oeste de Guadalajara, el este de Toledo y la franja meridional de Ávila,
Segovia y Soria); el Pirineo Catalán, la Costa Brava y la Costa Dorada, ligados
a la ciudad de Barcelona; el Pirineo Aragonés, con una fuerte vinculación con
la ciudad de Zaragoza; el noreste de la Cordillera Cantábrica, al norte de
Burgos, vinculado al País Vasco. Por último, resaltan los pueblos del sureste
del Sistema Ibérico y algunas localidades litorales del Comunidad Valenciana.
La irrupción de la pandemia tuvo un impacto notable
en las migraciones internas durante 2020 y supuso un respiro a los procesos de
despoblamiento rural. Sin embargo, las variaciones observadas están lejos de
representar un cambio en el modelo migratorio español o una reversión de los
procesos de despoblamiento rural.
Los investigadores autores del estudio señalan que
"la mayor incidencia de la pandemia en áreas densamente pobladas, las
restricciones de movilidad, la voluntad de mejorar las condiciones
habitacionales y la expansión del teletrabajo podrían haber modificado los
comportamientos residenciales de la población de manera temporal durante los
primeros meses de la pandemia, pero probablemente no a largo plazo".
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