La Federación de Caza considera la nueva orden del jabalí “abusiva” para el cazador
Hoy se ha publicado la Orden 22/2021 de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica por la que se regula la caza y control de jabalí en la Comunitat Valenciana. La Federación de Caza de la Comunidad Valenciana se siente “ignorada” en muchas de las peticiones que ha venido realizando en los últimos meses y lamenta algunas modificaciones, que considera “abusivas” para el cazador.
Un texto “insuficiente” que no va a solucionar la
problemática actual de sobrepoblación del jabalí en la Comunidad Valenciana.
Así califican desde la Federación de Caza la nueva orden del jabalí, que ve la
luz a mitad de la temporada de caza y un viernes, introduciendo criterios
nuevos –de señalización, por ejemplo- que deben aplicarse ya durante el fin de
semana, lo que demuestra “poca planificación y falta de consideración hacia el
colectivo”. Sí que se valora positivamente el hecho de que se contemplen normas
específicas de seguridad frente a cualquier acción para entorpecer, dificultar
o interrumpir las acciones colectivas de caza mayor.
Lamentan también que la orden es “ambigua en muchos
de sus puntos, poco meditada y en muchas fases no dialogada, lo que supone un
atropello a las peticiones del colectivo para poder ejercer la actividad
cinegética sin presión. No se ha escuchado a la Federación y se imponen unas
obligaciones abusivas, sin compensación alguna por parte de la Generalitat.
Cada vez la presión cinegética es mayor por lo que urge que se apruebe un plan
integral de fomento del sector, solicitando subvenciones directas al
mantenimiento de perros de caza y organización de acciones colectivas de caza
mayor, dado el incremento del esfuerzo que debe hacerse para el control
poblacional y la exigencia de la Conselleria para que se cace a destajo”.
Según el texto, se va a establecer una zonificación
de la Comunitat para determinar zonas de sobreabundancia de jabalí, cuyos
criterios son “poco transparentes” y pueden suponer problemas a la hora de
realizar la gestión de los acotados. Y aunque es cierto que en estas zonas se
autorizan métodos o elementos de caza que en condiciones normales estarían
prohibidos, también es cierto que se limitan otros como el cebado, se impone
como se ha dicho la obligación desproporcionada de realizar una presión
cinegética sin ayuda alguna y en general se imponen más trabas administrativas,
mayor papeleo y trámites burocráticos para el cazador.
La Federación de Caza sí se ha mostrado a favor de
revisar y actualizar la normativa ante el aumento desmesurado del jabalí que,
además de alterar el ecosistema, provoca graves daños a la agricultura y
cuantiosos accidentes de tráfico. Pero también, daños a la ganadería, a las
infraestructuras, a la flora y fauna protegida y supone un riesgo de
transmisión de enfermedades como la PPA (peste porcina africana) o la
tuberculosis. Sin embargo, tal y como está planteado el texto se sigue sin dar
solución al problema del análisis de la carne de caza para detectar la
triquinosis, cuyo método es costoso y se realiza en muy pocos centros
veterinarios de la Comunidad Valenciana.
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