La falta de oferta formativa para los jóvenes, en el epicentro de las causas de despoblación en los territorios rurales
La reorganización de la estructura educativa de la LOMLOE, la nueva ley de Educación que el Gobierno aprobó en diciembre de 2020, apuesta por una ampliación de la oferta académica en Bachillerato, que pasa de los tres itinerarios actuales (Científico, Humanidades y ciencias sociales, y Artes) a cinco: Ciencias y tecnología; Humanidades y ciencias sociales; Artes en rama de Música y artes escénicas; Artes en rama de Artes plásticas, imagen y diseño; y el llamado Bachillerato General.
Aunque a priori este planteamiento ofrece nuevas
posibilidades a los estudiantes, los centros de Educación Secundaria
Obligatoria del medio rural y los sindicatos advierten de que este modelo
podría contribuir a generar más desigualdades entre los alumnos de la ciudad y
aquellos que viven en pueblos, donde el número de estudiantes es mucho más
reducido y por ende, también lo es la plantilla docente. Por eso consideran que
implementar dos nuevas líneas de Bachillerato no será “viable” en la práctica a
menos que se modifiquen ciertas condiciones y se dote de mayores recursos a los
institutos.
La provincia de Teruel es un claro ejemplo de ello.
La falta de alumnos para poder formar un grupo que cumpla con la ratio mínima
es un problema real que ya afecta -con las tres líneas actuales de
Bachillerato- a centros educativos ubicados en pequeñas localidades. Es el caso
del I.E.S Fernándo Lázaro Carreter de Utrillas, donde este año se han quedado
sin la línea de Humanidades en primero de Bachillerato.
“Normalmente tenemos alumnos suficientes para que
haya dos grupos, uno de ciencias y otro de letras y en este último otras dos
vías, una de Humanidades y otra de Ciencias Sociales, pero este año aunque
teníamos a un par de alumnas que querían optar por el bachillerato de
Humanidades, no ha podido ser y asignaturas como griego o latín no se han
podido ofertar”, explica Noelia Carrasco, directora del centro.
Algo similar les ha sucedido con el Bachillerato
científico de segundo año, donde solo se imparten asignaturas relacionadas con
Ciencias de la Salud. “Solicitamos profesores para la rama tecnológica porque nos lo pidieron algunos
estudiantes, pero no nos lo han concedido... Siempre vamos escasos de
recursos”, apunta Carrasco / LEER NOTICIA COMPLETA
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